Ayer hice una encuesta en Instagram para charlar con vosotros/as y os pregunté cuáles eran vuestros miedos como abogados principiantes, ahora que se inicia el nuevo año judicial 2021/2022. Salieron tantos miedos que (para no abarrotar las historias) decidí hacer este artículo recopilando algunos consejos que pueden serviros más o menos en todas las inquietudes que me trasladasteis. En Instagram tenéis el resumen. Aquí la versión extendida.
1.- Miedo a no saber gestionar una situación
Si necesitas ayuda, pide ayuda. No quieras saberlo todo, hay cosas que no se estudian.
Hay situaciones que se pueden prever. Aquí no pasa nada, lo preparas e intentas salir airoso/a. Ahora bien, hay otras situaciones que surgen de la propia reunión, o al dar una noticia. ¿Cómo se gestiona? Con empatía, con humildad y con confianza. Antes se decía mucho eso de que «si algo es favorable es gracias al cliente, si es desfavorable es culpa del abogado», pero esto ya no es así.
Los clientes cada vez comprenden mejor nuestra profesión y la importancia de trabajar juntos en el asunto que nos confíen. En parte, es gracias a los profesionales que mantenemos contacto con los clientes y les hacemos partícipes de estrategias y decisiones a lo largo del procedimiento. Aqui no quiero decir que cedas la dirección letrada al cliente ni mucho menos, siempre debes llevarla tú que para eso tienes conocimientos técnicos, digo que debemos hacerles partícipes. La defensa es un trabajo en equipo y tenemos que ir a una. Nada de dos personas trabajando en paralelo. Dos personas en equipo, es la clave.
2.- Miedo a no saber responder a un cliente
Si no sabes la respuesta con seguridad, no respondas. Di que necesitas hacer una consulta y lo resuelves en otro momento.
No podemos conocer todas las leyes. Por eso, si no estás seguro/a de la respuesta a la pregunta, dile que necesitas hacer una consulta para responder con seguridad. Los abogados principiantes no deben querer demostrar saber más que otros abogados.
Si la pregunta es acerca del funcionamiento de una actuación, ten en cuenta que cada maestrillo tiene su librillo, y cada Juzgado funciona de una forma distinta. Por ejemplo: la devolución de un carnet de conducir, en los Juzgados de Barcelona (tenemos 20 y pico) ocurre que unos llaman al cliente para que acuda a recogerlo a su oficina judicial, y los hay que se lo entregan al procurador. Es tan sencillo como decir al cliente que necesitas hacer una consulta, llamar al Juzgado o al procurador para saber ese Juzgado en concreto como funciona, y así no «te pillas los dedos» con el cliente.
3.- No mientas a tus clientes
Jamás. Ni sobre el procedimiento, ni sobre el contrario, ni sobre otro/a abogado. Al cliente hay que explicarle para que comprenda, no engañarle.
No debemos mentir a los clientes. Aunque estemos en una situación complicada. Aunque tengamos una resolución que no le favorece. Aunque estemos pendientes de cobrarle una cantidad. Si os acabáis de colegiar sois abogados principiantes, no estafadores. ¿Vale?
4.- Confía en ti
Cuando nos iniciamos en algo solemos mostrar inseguridad. Pero párate a pensarlo… ¿Ahora que has superado un grado, un máster y un examen estatal vas a dudar de ti? ¿En serio?
Te has enfrentado a prácticas, exámenes tipo test, exámenes orales, simulacros, has hecho prácticas en despacho e incluso quizás en algún organismo de Justicia. Eres un/a crak. Fin.
5.- Miedo a no saber en qué especializarte
No pasa nada si no sabes a qué quieres dedicarte dentro de la profesión. Es muy amplia. Si no lo tienes claro, ¡Prueba! Así sabrás que encaja más contigo.
En la carrera vemos muchas materias, muy distintas entre sí y también otras muy similares. Es muy común en abogados principiantes no saber si especializarse ni en qué. No tengas prisa. Si no sabes qué quieres hacer lo mejor es probar para saber qué te gusta y qué te encaja.
Que una asignatura te guste no significa necesariamente que te guste su ejercicio en la abogacía. Por ejemplo, derecho penal suele ser de las favoritas en la carrera, pero luego no todas las personas a las que les gusta el derecho penal tienen la capacidad y la voluntad de defender a alguien que ha hecho cosas «de culpable» (tú ya me entiendes…). Prueba, toca distintas especialidades y verás cuál encaja más contigo. Quizás incluso descubres que la abogacía no es lo tuyo y decides cambiar de profesión. ¡No pasa nada!
6.- Miedo al primer juicio como abogados principiantes
Dile al juez/a que es tu primer juicio. Si puedes, ve días antes a ver otros juicios con el/la mismo/a juez/a, así sabrás cómo es tanto el procedimiento como ese/a juez/a.
Si eres codefensa y otro compañero lleva a otro acusado, y la naturaleza del juicio lo permite, también puedes comentarlo con él.
Yo dije que era mi primer juicio durante varios meses. No era cierto, pero me daba seguridad saber que el Juez iba a estar «pendiente de mí».
7.- Miedo a no saber cobrar un asunto
Guíate por los precios de otros/as compañeros/as de la zona. Los precios cambian en función de dónde sea el procedimiento. De ahí, establece tus propios criterios y sé coherente.
Aquí es muy importante que te nutras de compañeros. También puedes usar los criterios de abogados del Colegio de abogados que te corresponda. Normalicemos hablar de dinero. No hace falta preguntar a un compañero cuál es su facturación mensual (o sí, según la confi que tengas), puedes preguntar qué se suele cobrar por, por ejemplo, un juicio rápido por alcoholemia. O por unas previas con conformidad. O por una causa con instrucción de cierta complejidad… Poco a poco te irás haciendo tus propios criterios, ya lo verás 🙂
8.- Contrarrestar promesas de otros abogados
Si un potencial cliente te dice que otro/a abogado/a le ha prometido un resultado, no «contraataques» con otra promesa, explícale que no podemos hacer eso.
No podemos prometer resultados porque no dependen de nosotros. Fin. Hacerlo es una irresponsabilidad tanto con el cliente como con la profesión. Yo no me fiaría de un abogado que promete un resultado concreto.
Una última cosa… TODOS NOS EQUIVOCAMOS, que no «panda el cúnico». Si estás nervioso/a, recuerda que una vez (hace años), llamé «Su Majestad 👑» a «Su Señoría 👩⚖️». De todo se sale, con más o menos dignidad, pero se sale y lo que queda son anécdotas 🙃