El juicio celebrado contra José Manuel Villarejo puso el foco de atención en el derecho a la autodefensa letrada. Villarejo, empresario, excomisario del Cuerpo Nacional de Policía y abogado ejerciente, decidió representarse a sí mismo en su proceso judicial.
¿Es posible que un abogado se represente a sí mismo?
En España, la autodefensa letrada está permitida siempre que la persona en cuestión sea letrada, según el Estatuto General de la Abogacía Española en su artículo 56.3. Esta norma indica que los abogados que se hallen procesados o imputados y se defiendan a sí mismos o colaboren con su defensor, usarán toga y ocuparán el sitio de los profesionales de la Abogacía. El Tribunal Constitucional también ha resuelto en numerosas ocasiones que el derecho de defensa garantiza tres derechos al acusado: defenderse por sí mismo (si es letrado), defenderse mediante asistencia letrada de su elección o recibir asistencia letrada gratuita en algunos casos.
¿Y qué pasa con los abogados colegiados no ejercientes?
Los abogados no ejercientes son aquellos colegiados que no desempeñan efectivamente la profesión y constan así en el registro del Colegio. El anterior Estatuto de la Abogacía preveía que un abogado no ejerciente podía ejercer la autodefensa en un procedimiento judicial cuando el Colegio profesional lo habilitase para ello. Sin embargo, en julio de 2021 entró en vigor el nuevo Estatuto, que suprimió la regulación relativa a estas habilitaciones. En vista de ello, el Ilustre Colegio de Abogados de Madrid acordó posibilitar a los colegiados no ejercientes del ICAM la asunción de su propia defensa y la defensa de parientes hasta segundo grado.
¿Es recomendable la autodefensa letrada?
La decisión de representarse a sí mismo en un juicio depende de cada persona. Sin embargo, existe un dicho en la profesión que dice que «el abogado que se defiende a sí mismo, tiene a un tonto como cliente». En el caso de la defensa de un familiar o persona allegada, algunos abogados rehúsan llevar este tipo de asuntos para evitar perder objetividad y que esto derive en un desenlace no deseado. Otros, por el contrario, deciden ejercer tales defensas por aquello de la seguridad que les da hacer las cosas por sí mismos. También es importante tener en cuenta la gravedad del asunto y el grado de implicación que uno pueda tener en este.
Un caso conocido de autodefensa letrada
El juicio de José Manuel Villarejo no ha sido el primero en España en el que un abogado se ha representado a sí mismo. En 2014, en Vigo, otro abogado se autodefendió del delito que le imputaban: conducir bajo los efectos del cannabis. Este juicio resonó en su momento, porque el acusado interrogó al agente que le había hecho la prueba de detección, sin que nadie le advirtiera de su derecho a guardar silencio.